Garotos de Ipanema

Luego de varios días de disfrutar del doce balanço caminho do mar, las playas de Río de Janeiro reciben a los garotos (y garota) para que disfruten de un merecido descanso.

Tomás Morgan del Fuga, Gustavo Sciacca y Agustín Arocena del Silhouette II y Martín y Juan Nacarato del Mercenario 4 contestaron a algunas preguntas sobre sus experiencias.

¿Se cumplió el objetivo pre largada?

TM: Cumplimos el objetivo de largada: básicamente llegar, completar la regata. Después que nos fuese bien era un extra. Íbamos a intentar ganar, no lo cumplimos al cien por ciento pero nos fue bastante bien.

GS: Llegar, sanos y salvos. Barco sano, tripulación completa y tratar de llegar en la mejor posición posible.

MYJN: En lo competitivo sin duda alguna sembramos las ansias de revancha, aunque en lo personal, el crecimiento de quienes honraron el barco siendo sus tripulantes fue enorme, y la más linda de las satisfacciones, que siempre acompañaron  luciendo una sonrisa. Contentos de haber cumplido.

AA: La regata en sí era un desafío importante. Nuestro objetivo era terminarla decentemente, con lo cual fue más que cumplido, más que satisfactorio. Llegamos a Río muy contentos con muy buenas condiciones. Podemos decir: objetivo cumplido.

¿Mejor y  peor momento?

TM: El mejor momento fue el de cruzar la línea. La segunda mitad de la regata que fue más tranquila. La primera parte fue más golpeadora, podría decir que me costó acostumbrarme a la ola y al golpe del barco.

GS: Mejor: Desfile frente a la sede del Yacht Club Argentino, despedida con familiares y amigos. La llegada a Río. La aproximación, cerro, cristo, bahía, spinakker, velocidad. El peor… de los nueve días, nueve días con agua adentro del barco.

MYJN: Peores momentos, las roturas. Especialmente la del botalón que abrió una entrada de agua en proa. Mejor momento, cada comida.

AA: Lo mejor fue la convivencia con la tripulación. Tuvimos muchas horas de pasarla bien en el cockpit compartiendo experiencias náuticas con amigos y haciendo navegaciones muy placenteras. Estábamos en el mar, muy adentro, lejos de todos los otros barcos –no vimos ninguno en toda la regata – divirtiéndonos mucho entre nosotros. Peor momento: una guardia inoportuna, con mucho viento, mojado y frío. Hace que te replantees por qué estás ahí.

Frase repetida en el barco.

TM: No las puedo reproducir. Tienen un lenguaje muy marinero.

GS: ¿Moja? ¿que comemos hoy?

MYJN:  ‘Lindo pantocazo!!!’

Momento más gracioso.

TM: Hubo varios protagonizados por mí, que a mi tanta gracia no me causan.

GS: Cuando nos dimos cuenta de que la manguera de la bomba de achique con la que veníamos achicando hacía cuatro días se había desconectado: el agua que veníamos achicando era la misma que se nos metía adentro del barco.

AA: Teníamos un polizón: se dice que había una cucaracha rondando por el barco. Nos dejaba mensajes por todos lados.

MYJN: En una frase: ‘¡¿Por qué car*** seguimos escorados si soplan 12 nudos?!’

¿Por qué volverías a correr esta regata?

TM: Al principio me costó y dije que no la volvería a correr JAMÁS, me terminó gustando sobre el final. No me esperaba que fuera una regata tan dura, pero me fui acostumbrando. Sobre todo por lo que es llegar acá: Río es muy lindo, disfrutar unos días acá es bárbaro. Es una regata que, si te gusta navegar, tenés que correr si o si. Una GRAN experiencia.

GS: Cada regata tiene lo suyo. Lo importante es la gente con la que uno corre. Los últimos años elegí correr con un grupo de amigos, la paso bien y me divierto. Priorizo la convivencia sobre otra cosas.

MYJN: La regata es dura pero muy linda, es además la regata más larga de Sudamérica y eso la hace un gran desafío. Por otro lado, lo que llama a correrla es la mística que gira en torno a una regata que tiene más de 70 años de antigüedad.

AA: La volvería a correr porque es una experiencia única. Te deja un montón de cosas de aprendizaje de satisfacciones.

¿Sensación al cruzar la línea?

TM: Había cumplido el objetivo. Tenía en mi lista de pendientes correr la Buenos Aires Río y me puse muy contento.

GS: Emoción, todavía. Es un desafío importante poder estar navegando todos estos días, tratando de llevar un barco a puerto. También sensación de triunfo, de haberlo logrado. Está bueno darles la posibilidad a los chicos más jóvenes de tener esta experiencia y que se siga transmitiendo de generación en generación. No perder la tradición del YCA de organizar regatas oceánicas que tan bien le hacen al Yacht Club Argentino.

MYJN: Sensación de felicidad, de realización y de alivio.

AA: Llegamos de día, era como si hubiéramos largado un barlo-sota a plena mañana. Pura adrenalina, spinakker a fondo, la ropa elegante. Satisfacción total de haber cumplido el objetivo.

 

¡Gracias y felicitaciones por su regata!